Consumo responsable de pescado

Consumo responsable de pescado

Seguro que muchas veces te has preguntado qué papel juegas en el medioambiente y cómo puedes aportar tu granito de arena a la sostenibilidad del planeta. Y aunque probablemente el reciclaje sea la primera gran acción que se te ocurra para colaborar, también es importante que sepas que nuestra aportación puede llegar mucho más allá. De hecho, el consumo responsable es también una de mejores iniciativas personales que podemos emprender para lograr un futuro mejor.

Primero como ciudadanos y después como consumidores, cada uno de nosotros jugamos un papel fundamental en la conservación del medioambiente. El uso que hacemos de los recursos del planeta tiene un efecto directo sobre su bienestar e influye en aspectos tan relevantes como el cambio climático o la biodiversidad. Y por supuesto, el consumo de pescado responsable (y de otros productos que provienen de mares y ríos) influye en la vida de las aguas que bañan y surcan la Tierra. ¡Porque de lo que se trata es de devolver al planeta solo una pequeña parte de lo que él nos da!

¿qué es el consumo responsable y qué beneficios tiene?

Uno de los vínculos más delicados que nos une al planeta es nuestra alimentación, porque comamos frutas, verduras, legumbres, cereales, carnes, huevos o pescados, es la naturaleza la que, de una forma u otra, nos proporciona todo este sustento. Así, es muy importante que nos preocupemos de la trazabilidad de todos estos productos para asegurarnos de que se obtienen, producen, transforman y distribuyen de manera sostenible.

En consecuencia, desde el punto de vista de la alimentación, el consumo responsable es comprar y consumir productos de manera consciente y crítica. Todo ello con el fin de asegurarnos de que, además de comer de forma sana y equilibrada, también contribuimos al crecimiento de una industria alimentaria sostenible, solidaria y respetuosa con el medioambiente.

Características del consumo responsable

El consumo responsable de alimentos se puede realizar desde diferentes enfoques:

  • Desde la salud: en este caso, el compromiso es con nosotros mismos, porque debemos asegurarnos de que, por un lado, compramos solo lo que necesitamos; y, por el otro, de que consumimos de forma equilibrada productos frescos y de alto valor nutricional.

  • Desde la razón y la consciencia: comprar alimentos supone tomar decisiones. Y, al hacerlo, hemos de tener en cuenta nuestras necesidades y lo que nos ofrece el mercado, aplicando un criterio que se base en el cuidado del medioambiente y en la igualdad social.

  • Desde la sostenibilidad: según datos de la FAO, la producción de alimentos en todo el mundo implica la utilización del 48 % de los recursos naturales del planeta y del 70 % del agua dulce, además de ser una actividad que contribuye a la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Por lo que urge cambiar el modelo actual por uno con menor impacto medioambiental y que sea respetuoso, tanto con los ecosistemas como con la biodiversidad.

  • Desde la solidaridad: aquí el consumo responsable se compromete con la sociedad, para que, a través de un comportamiento ético, evitemos desperdiciar los alimentos y fomentemos el desarrollo del sector. Para así facilitar la creación de nuevos empleos y la consolidación de condiciones laborales, económicas y sociales que sean adecuadas para sus profesionales.

Ejemplos del consumo responsable

Hasta aquí la ‘teoría’ sobre el consumo responsable. Pero no te preocupes, porque la práctica es realmente sencilla de aplicar. De hecho, es probable que ya lo estés haciendo en tu día a día de una forma u otra, y sin prácticamente darte cuenta.

Por ejemplo, el consumo de pescado es una extraordinaria forma de comprometernos con el planeta desde los cuatro enfoques. Desde la salud, porque es una fuente de proteínas de alta calidad. Desde la razón, porque la FAO ya ha indicado que la acuicultura es esencial para satisfacer la creciente demanda de alimentos en el mundo. Desde la sostenibilidad, porque conocer su procedencia nos permite elegir productos obtenidos de forma respetuosa con el medioambiente. Y desde la solidaridad, porque comer pez de forma sostenible es apoyar una industria que, solo en acuicultura, dio empleo en España, de forma directa o indirecta, a 11.364 personas en 2021.

Y, desde una perspectiva más genérica, también hay otras maneras de ejercer un consumo responsable a la hora de llenar la cesta de la compra y alimentarnos:

  • siguiendo una dieta equilibrada,
  • planificando nuestra compra,
  • adquiriendo productos frescos y de temporada,
  • priorizando el mercado local,
  • leyendo detenidamente el etiquetado de los productos,
  • participando de un comercio justo y respetuoso con los principios de igualdad social,
  • conservando y cocinando los alimentos de forma apropiada,
  • etc.

Datos sobre el consumo de pescado

Por todo lo dicho, el consumo de pescado es una de las mejores decisiones que podemos tomar a la hora de sentarnos a la mesa, pues está entre los alimentos más ricos que hay. No solo por su inconfundible y delicioso sabor, ¡también por su gran valor nutricional! Y es que el pescado es una fuente saludable y sabrosa de proteínas.

Así, la humanidad es cada vez más consciente de los beneficios de alimentarse con pescado y su ingesta no deja de crecer en los últimos años. Según los datos extraídos del informe Sofía 2020 de la FAO, el consumo de pescado per cápita ha pasado de ser de 9 kg en 1961 a 20,5 kg en la actualidad. Con lo cual, es lógico que nuestro objetivo primordial sea lograr un consumo responsable de pescado y del resto de productos del mar.

Y como diría Newton, “toda acción tiene una reacción”, no solo en aspectos de consumo responsable. En este caso, el incremento en la demanda de pescado requiere un aumento en la producción. Una situación frente a la que la acuicultura ha sabido dar respuesta. Los últimos datos registrados en el informe de APROMAR 2023 así lo indican, porque la producción mundial de especies de acuicultura se situó en 2021 por encima de los 126 millones de toneladas.

Consumo de pescado en España

¿Y en nuestro país? ¿Cuánto pescado comemos de media los españoles? Buenas noticias: en lo que respecta al consumo de pescado en España, estamos por encima de la media mundial con 45,6 kg anual por persona. ¡Y es que, si de algo sabemos aquí es de manjares gastronómicos!

Aunque quizá la gran pregunta es si hacemos un consumo responsable de él. Pero no te preocupes, porque la respuesta es clara: como no podía ser de otra manera, la acuicultura española sigue cumpliendo con los requisitos de demanda, merced a una producción de más de 326.000 toneladas en 2022.

Números esperanzadores que se traducen en grandes noticias por varios motivos: desde la perspectiva económica, para las poblaciones que dedican su vida al pescado; desde la de la salud, al tratarse de una de las proteínas más saludables para el ser humano; y desde la medioambiental, pues la acuicultura es una actividad que nos permite comer pez de forma sostenible. ¿La razón? Su huella de carbono es mucho menor que el de otras industrias de producción alimentaria.

¡Así que motivos para celebrar no nos faltan! Ahora solo queda conseguir que dicho aumento provenga de un consumo responsable de pescado y que sea sostenible con el medioambiente.

Consumo responsable de pescado: principales consejos

¿Recuerdas el famoso anuncio de “Pezqueñines. ¡No,  gracias!”? Seguro que la pegadiza canción todavía ronda por tu cabeza. Este famoso lema tenía un objetivo claro: promover el consumo responsable de pescado. Y es que algo tan simple como elegir el tamaño del pescado se vuelve indispensable en aspectos de sostenibilidad. Son las pequeñas acciones individuales las que pueden marcar la diferencia para el futuro de nuestro planeta. Pero, ¿qué podemos hacer nosotros para fomentar un consumo de pescado en España que sea responsable con el medioambiente?

Para empezar, asocia el consumo responsable de pescado al etiquetado del producto. Por ley, todo producto de este tipo que es puesto en el mercado en la Unión Europea debe estar correctamente etiquetado. De esta forma, mirar el distintivo que acompaña al ejemplar que estás comiendo no solo te dará seguridad sobre el origen, sino también información acerca de su modo de obtención (si procede de acuicultura o pesca), de su procesamiento o de si ha sido congelado. ¡Con este pequeño gesto podrás saber si vas a comer pez de forma sostenible!

Y si, como a nosotros, te preocupa la sostenibilidad, presta atención al origen del producto. Al comprar pescado de Acuicultura de España no solo fomentarás el desarrollo de nuestras comunidades locales, también un menor nivel de contaminación por transporte. Todo influye cuando hablamos de consumo responsable.

Además, por supuesto, compra siempre el pescado en sitios autorizados. Cuando hablamos de alimentación y consumo de pescado, es importante que no pongas en riesgo tu salud. Además, te asegurarás de que los ejemplares han pasado todos los controles de calidad.

En definitiva: si con estos pequeños gestos contribuimos al consumo responsable, ¿por qué no incluirlos en nuestras rutinas diarias de compra?

El papel de la acuicultura en el consumo responsable

Al igual que todos nosotros tenemos un papel en el consumo responsable, la acuicultura también lo tiene. Por lo tanto, en este caso, las palabras “responsable” y “sostenible” van de la mano, pues ambas tienen el objetivo de cuidar nuestro preciado planeta. ¡Y tratándose de la acuicultura, la unión de estos dos conceptos cobra todavía más fuerza!

El reto de sostenibilidad en el que estamos trabajando en Acuicultura de España es la mejor forma de promover el consumo responsable y con el menor impacto medioambiental. Cuanto más sostenible sea el pescado, menor huella de carbono dejará el medioambiente. Y, por lo tanto, más responsable con nuestro entorno será su ingesta.

Pero la contribución al medioambiente que hace el consumo de pescado en España también es importante por otras razones. Es más, como acabamos de comentar, el correcto etiquetado de los productos, la correcta trazabilidad del pescado, el cumplimiento de los estándares de calidad, así como la sostenibilidad económica y social de las comunidades acuícolas son también estupendos ejemplos de las aportaciones que la acuicultura hace al consumo responsable.

Cuidar de la naturaleza se convierte en una necesidad, en un compromiso con nosotros y con las generaciones futuras. Y el consumo de pescado es también una forma de protegerla. De la forma en la que respetemos el medioambiente hoy, dependerá la calidad de vida que dejemos a las generaciones del mañana. Así que compra de forma responsable, ¡porque el planeta te necesita!

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