Conoce los beneficios del pescado de acuicultura para la salud, el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo de los niños, y por qué su consumo regular es importante.
Una alimentación equilibrada en los primeros años de vida es clave para el desarrollo físico y mental de los niños. Es en esta etapa cuando se forman los hábitos, se consolidan procesos fundamentales como el crecimiento celular o la maduración neurológica, y donde el organismo necesita nutrientes de alta calidad. En ese contexto, el pescado se presenta como uno de los alimentos más completos y recomendables para la infancia, tanto por su perfil nutricional como por los beneficios que aporta a la salud a corto y largo plazo.
El pescado es fuente de proteínas de alto valor biológico, esenciales para la formación de tejidos y el desarrollo muscular. Además, contiene ácidos grasos omega-3, especialmente ácido docosahexaenoico (DHA), un tipo de grasa saludable que desempeña un papel clave en la formación del sistema nervioso central y la función cognitiva.
Pero los beneficios del pescado van mucho más allá del cerebro. Su consumo regular fortalece el sistema inmunológico gracias a la presencia de vitaminas como la A, D y B12, y minerales como el zinc o el selenio. También es un aliado para la salud cardiovascular desde edades tempranas, ya que ayuda a mantener niveles adecuados de colesterol y presión arterial. La vitamina D, por su parte, favorece la absorción del calcio, lo que es esencial para el crecimiento óseo y la prevención de problemas musculoesqueléticos.
¿Pescado blanco o azul? Mejor los dos
En el caso de los más pequeños, se suele preguntar si es mejor optar por pescado azul o blanco. Ambos tipos son recomendables, pero tienen características diferentes. El pescado azul, como es la trucha arcoíris y el atún rojo, es más graso y rico en omega-3, mientras que el pescado blanco, caso de la dorada o el lenguado, es de sabor más suave, con menor contenido graso y más fácil de digerir, por lo que suele introducirse antes. No se trata de elegir uno u otro, sino de incorporar ambos en la dieta de manera equilibrada.
Una de las grandes ventajas del pescado de acuicultura es que permite ofrecer especies como la seriola, el rodaballo o la corvina con todas las garantías sanitarias y de sostenibilidad. Estos pescados se crían en condiciones controladas, con una alimentación adaptada y una trazabilidad completa, lo que asegura su calidad y minimiza el riesgo de contaminantes como el mercurio.
Cómo introducir el pescado de acuicultura en la alimentación infantil
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños consuman pescado entre 3 y 4 veces por semana. Sin la aportación de la acuicultura, cumplir esa frecuencia de consumo sería prácticamente imposible. Las piscifactorías permiten disponer de pescado fresco y saludable durante todo el año, sin comprometer los recursos del mar y ríos.
Para quienes tienen dificultades a la hora de introducir el pescado en el menú infantil, existen muchas formas atractivas de prepararlo. Algunas ideas útiles son albóndigas de corvina con verduritas, hamburguesas de dorada al horno, tacos de lubina con aguacate, o croquetas caseras de pescado blanco. También se puede incluir en ensaladas templadas, revueltos o pastas.
Los beneficios del pescado para la salud infantil son múltiples y están avalados por la ciencia: fortalece el sistema inmunológico, favorece el desarrollo cognitivo, protege el corazón y aporta nutrientes esenciales para el crecimiento. Gracias al pescado de acuicultura, hoy es posible garantizar una alimentación sana, segura y sostenible también para los más pequeños. Incluirlo regularmente en su dieta es una inversión directa en su bienestar presente y futuro.