La humanidad crece a gran velocidad. Su imparable ritmo va marcando los retos sociales y medioambientales para afrontar el futuro. El número 12 de los Objetivos de Desarrolo Sostenible refleja las necesidades imprescindibles de consumo sostenible y producción para los próximos años. Y la Acuicultura de España y mundial tiene mucho que aportar en ese sentido.
Sin un consumo sostenible, ¿un planeta herido?
A nadie se les escapa a estas alturas que nuestro planeta sufre. Hemos entrado en 2021 con una población mundial de 7.837 millones de personas. Se estima que en 2050 lleguemos a 9.100 millones y a finales del siglo alcancemos los 11.000. Todo este crecimiento y el progreso de la economía dispara la demanda de alimentos y de dietas cada vez más diversificadas. Se prevé que en 30 años se requiera un 70% más de producción alimentaria, cifra que en los países en desarrollo se eleva al 100%.
Todo este crecimiento trae consigo una evidente degradación tanto de los recursos terrestres como marinos. Y, además, en el caso de la alimentación, gran parte de ese esfuerzo es en vano. Se estima que aproximadamente un tercio de toda la comida producida se acaba desechando. Una gran parte se pudre en manos del consumidor o minorista. Otra se estropea por culpa de problemas de transporte o durante el momento de la cosecha.
Papel de la acuicultura en la cadena de producción
Como actividad que está íntimamente ligada al Medio Ambiente, la Acuicultura se sitúa al principio de la cadena de producción. Su objetivo es establecer entornos seguros y saludables para garantizar que se dan las mejores condiciones para la cría y el desarrollo de las especies acuáticas. Todo ello, para que esta materia prima sea de calidad y pueda aportar tanto nutrientes como sabores únicos a nuestros platos.
De esta manera, se trata de una actividad clave para el desarrollo de la industria alimentaria. Pero la Acuicultura es mucho más, ya que también participa activamente en el mantenimiento del equilibrio social y medioambiental. Porque, al tratarse de un proceso exigente y de gran valor, necesita del trabajo de un gran número de profesionales. Lo que significa que fortalecer la cadena de producción desde su origen también sirve para impulsar el empleo desde una perspectiva sostenible.
¡Así que la Acuicultura es una estupenda forma de que cuidar de nuestro planeta a la vez que miramos por nuestro bienestar! De ahí que esté llamada a jugar un papel importante para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12, el cual refleja las necesidades imprescindibles de consumo sostenible y producción para los años venideros.
12º ODS: Por una producción responsable y consumo sostenible
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU buscan un futuro prometedor tanto para el planeta como para la humanidad. A todos los niveles. El número 12 es el que analiza la producción y consumo actual, los grandes motores de la economía mundial. Son los factores que más dependen de los recursos naturales y que a la vez más los degradan.
En la declaración del objetivo nos da la clave para superar el gran reto a futuro: la producción y el consumo sostenible. Básicamente consiste en hacer más y mejor con menos. Para ello, se necesita “desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles”.
¿Y qué metas se plantean? Estas son algunas de ellas:
- De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en consumidores, vendedores y productores.
- Reducir los desechos mediante prevención, reducción, reciclado y reutilización.
- Alentar a las empresas, especialmente las grandes multinacionales, a la adopción de prácticas sostenibles.
- Asegurar que la población esté informada sobre desarrollo sostenible y estilos de vida en armonía con la naturaleza.
A nivel personal, como consumidor, hay dos formas que se describen como las mejores para lograr para mejorar el consumo sostenible: reducir los desechos y actuar responsablemente a la hora de comprar, optando siempre por la alternativa sostenible. Desechar menos comida, reducir el uso de plástico, elegir textiles o alimentos lo más respetuosos con el medio ambiente… Son acciones sencillas que a gran escala son de gran importancia de cara a un futuro mejor.
El granito de Arena de la Acuicultura
El aumento de producción alimentaria necesario para satisfacer el incesante crecimiento demográfico se apoya en la acuicultura. Es el sector alimentario que más está pisando el acelerador en los últimos tiempos. En 2030 será la mayor fuente para la obtención de pescado y marisco del mundo. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Hambre), “la acuicultura podría tener un efecto transformador en la forma que alimentamos a la población mundial”.
Peter Thompson es el enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Océanos. Según su visión, la acuicultura es fundamental para mitigar el hambre y satisfacer la demanda futura de alimento. Para ello cree necesario “el desarrollo de nuevas formas de acuicultura sostenible con especies y piensos adecuados».
El esfuerzo por una producción acuícola sostenible en España
Encaminarse hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es primordial en Acuicultura de España. Se llevan a cabo multitud de iniciativas e investigaciones que buscan una mejora constante de su actividad. Todo este esfuerzo se reflejará en la primera memoria de sostenibilidad que se está elaborando en colaboración entre los sectores públicos y privados.
La Acuicultura de España fomenta la compra responsable y sostenible en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los lotes de productos acuícolas españoles son trazables en todas sus fases de producción, transformación y distribución. Por otra parte, el sello Crianza de Nuestros Mares, garantiza una producción de merluza, corvina, lubina y dorada con los mayores estándares de sostenibilidad, calidad alimentaria y de bienestar animal.
Otro de los retos para una acuicultura sostenible es la obtención de piensos alternativos para la cría acuícola. Por ahora, los piensos dependen en gran proporción de los recursos marinos. El proyecto ATERNFEED estudia diferentes vías para una alimentación con menor presión de los ecosistemas oceánicos. Y ya se han logrado avances. Se han desarrollado piensos a base de insectos, biomasa de microalgas y del agua de cocción del atún en conserva. ALTERFEED 2 estudia la validación de estos piensos en el crecimiento de Trucha Arcoíris y Corvina.
Queda mucho por hacer de cara al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles. Son muchos los aspectos a cubrir de cara a un futuro estable social y medioambientalmente. Mientras, el compromiso de la acuicultura es firme y pronto se verán los resultados.