Si hay algo que nos une, más allá de procedencias concretas, es que todos tenemos un hogar común: La Tierra. Hoy es su día, el Día de la Tierra, una jornada para concienciar sobre el medioambiente y los diferentes problemas que la amenazan. Desde Acuicultura de España queremos poner en valor su importancia, así como la relevancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para lograr un futuro mejor para el planeta.
El origen del Día de la Tierra
Esta celebración mundial nace tal día como hoy en el año 1970. Su creador fue el senador demócrata estadounidense Gaylord Nelson, junto con la colaboración con el activista ambiental Denis Hayes. Entonces, la contaminación, la sobrepoblación y la preservación de los ecosistemas eran problemas sobre los que todavía no había mucha conciencia social. Todo estaba a punto de cambiar.
Nelson trató de despertar el interés por estos temas con varias iniciativas a lo largo de los años 60 con escasa repercusión. Es en 1969, cuando se le ocurre organizar una manifestación masiva por el medioambiente bajo el nombre del Día de la Tierra. Su histórica convocatoria reunió alrededor de 20 millones de personas a lo largo de todo el país. Contaron con la participación de más de 2.000 universidades, 10.000 escuelas y cientos de comunidades.
A partir de ahí, el movimiento iría creciendo progresivamente y logrando hitos como la creación en los Estados Unidos de la Agencia de Protección Ambiental (“Environmental Protection Agency”). En 1972, la ONU organiza la conocida como Cumbre de la Tierra de Estocolmo. En este crucial evento se sentaron las bases de las políticas internacionales sobre medioambiente de cara a las posteriores décadas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible que dependen de la Tierra
¿Cómo afrontar los grandes retos medioambientales y sociales que nos esperan? La ONU puede impulsar una gran parte de la solución. Como ya hemos tratado en artículos anteriores, todos sus estados miembros adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015. Son 17 grandes metas globales para lograr equilibrar la sostenibilidad medioambiental, económica y social. Todos ellos se interrelacionan y se complementan entre sí. Los puntos 14 y 15 son los más relevantes en materia medioambiental.
Objetivo 14: Vida Submarina
“Las zonas marinas protegidas contribuyen a la reducción de la pobreza aumentando los ingresos y mejorando la salud de las personas.” Para la consecución de este objetivo se fijan toda una serie de metas entre las que destacan:
- Prevenir y reducir significativamente la contaminación marina.
- Gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros.
- Reglamentar eficazmente la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva y destructiva.
- Facilitar el acceso de los pescadores artesanales a los recursos marinos y los mercados.
- Aumentar los beneficios económicos que los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo.
Objetivo 15: Vida de Ecosistemas Terrestres
“Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia.” Algunas de sus metas básicas son:
- Gestionar sosteniblemente los bosques.
- Luchar contra la desertificación.
- Detener e invertir la degradación de las tierras.
- Detener la pérdida de biodiversidad
La importancia de la acuicultura en el desarrollo de los ODS
Aproximadamente el 75% de las pesquerías marinas de mayor valor han alcanzado su máximo de producción. Muchas de ellas están siendo incluso sobreexplotadas, un gravísimo problema para los océanos. Por otra parte, la demanda mundial de pescado crece a un ritmo exponencial e imparable desde finales del siglo XX. La FAO estima que, de aquí a 2030 y al ritmo de crecimiento actual, serán necesarios 40 millones de toneladas adicionales a las actuales para satisfacer la demanda.
En este contexto, el firme compromiso de la acuicultura con los ODS es clave para la consecución de la sostenibilidad social, medioambiental y económica de cara al futuro. Es uno de los métodos de obtención de proteína más eficientes. Su actividad ahorra muchos recursos naturales y protege la naturaleza de océanos y ríos. A grandes rasgos, se calcula que estos recursos se reducen hasta 7 veces más que en la obtención de la carne. Por ejemplo, la huella de carbono del salmón de acuicultura es de tan solo 4,0 CO2Eq frente a los 19,0 CO2Eq en pollo.
También cabe destacar que la acuicultura se complementa en muchas ocasiones con la agricultura tradicional. Para la producción de arroz en Asia es habitual el uso de algunas especies de peces de cara a combatir las plagas. De esta manera, la acuicultura logra mejorar la productividad del arroz, uno de los alimentos fundamentales a nivel mundial.
España es toda una potencia en el sector de la Acuicultura
Sus 8.000 km de costa marina y 8 grandes ríos conforman un entorno óptimo para el desarrollo de esta actividad. De hecho, España es el país con mayor cosecha de acuicultura de la Unión Europea, un 23% del total. Contamos con varios centros de investigación de prestigio internacional que año tras año mejoran la sostenibilidad de nuestra acuicultura. Y para muestra un botón: somos el país con mayor producción de artículos científicos sobre acuicultura en la Unión Europea, con 195 publicaciones en revistas científicas de impacto durante 2019 denotando también su alta calidad.