Bienestar animal en acuicultura

Si bien es cierto que los orígenes de la acuicultura se remontan a la prehistoria y que en España hay constancia de granjas de peces en la época romana, la acuicultura tal y como la conocemos hoy en día es relativamente reciente, ya que el despegue definitivo de esta producción animal se produce a partir de la segunda mitad del siglo XX.  

Tal y como afirma la FAO, la acuicultura será fundamental para sostener el crecimiento poblacional mundial en las próximas décadas. 

Bienestar animal en la acuicultura 

Como toda producción animal, uno de los pilares es la sanidad y bienestar animal, y aunque separemos coloquialmente la sanidad de los peces de su bienestar, en la realidad están totalmente entrelazadas, porque no puede haber peces sanos si no hay bienestar en la acuicultura y el bienestar de los peces no existe si no están sanos. Es decir, un pez enfermo no tiene las condiciones adecuadas de bienestar animal en la acuicultura y un pez sin bienestar acabará enfermando. 

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), un animal está en buenas condiciones de bienestar si está sano, cómodo, bien alimentado, en seguridad, puede expresar formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego.  

En el caso de los animales acuáticos, la OIE insta a recurrir a métodos de manipulación que sean apropiados a las características biológicas del animal, así como un entorno adaptado a sus necesidades. 

Diferentes especies de cría con diferentes necesidades. 

Aunque se pueden establecer parámetros de cría gracias al conocimiento empírico, no hay duda en que deben basarse en la evidencia científica. Sin embargo, esto no es tan fácil como podría parecer. 

El medio en el que viven los peces no facilita su observación para su estudio y evaluación, dificultando los avances científicos sobre bienestar animal. 

Por otro lado, en la Unión Europea se producen más de 35 especies diferentes en acuicultura. Aunque puedan parecer similares, cada especie tiene un comportamiento y fisiologías diferentes. 

 Estaremos de acuerdo en que un rodaballo es muy diferente a una lubina o un esturión, no solo desde el punto de vista anatómico, sino también fisiológico y de comportamiento. Por tanto, las condiciones del bienestar animal en la acuicultura de una especie no serán las mismas que para las otras.  

Por esto, y porque se trata de una producción relativamente nueva, los avances en este campo son lentos, o al menos no tan rápidos como a todos nos gustaría. 

Sirva como ejemplo, que en 2020 se publicó el primer manual sobre indicadores de bienestar para la acuicultura de truchas, una especie que se empezó a producir en España en el Monasterio de Piedra (Zaragoza) en 1867. 

A pesar de esto, las perspectivas para el futuro cercano son buenas. Son numerosos los grupos de investigación y los proyectos en la acuicultura de España que se están ejecutando para mejorar el conocimiento sobre el bienestar animal de las diferentes especies producidas en las granjas acuícolas de la Unión Europea. 

El bienestar y sanidad de los animales es una prioridad para los acuicultores españoles 

Todo esto no quiere decir, ni mucho menos, que no se cuide el bienestar de los peces en las granjas de acuicultura españolas.  

A pesar de estas dificultades para establecer, desde un punto de vista científico, los indicadores de bienestar para las diferentes especies de peces criados, los acuicultores consideran la sanidad, el bienestar y la seguridad alimentaria en la acuicultura como uno de los pilares básicos para la gestión y sostenibilidad medioambiental de las granjas y del conjunto del sector. 

Además de la adecuación de las instalaciones en función de la especie producida, así como la nutrición adaptada o las medidas de manejo, se implementan códigos de buenas prácticas, además de la adecuada formación de los técnicos involucrados en las granjas y continuamente se están implementando innovaciones encaminadas a la mejora del bienestar de los peces en todas las fases del proceso productivo, principalmente en aquellos momentos en los que el bienestar tiene un mayor riesgo de verse comprometido. 

Por último, los servicios veterinarios que constantemente visitan las granjas de acuicultura tienen entre sus misiones asegurar que se cumplen las condiciones de bienestar animal en la acuicultura, y colaboran activamente en la mejora continua del bienestar de los peces, a través de diferentes acciones, como la formación de los trabajadores del sector. 

Si seguimos por esta línea, conseguiremos peces felices para que el consumidor pueda tener pescados sanos en su mesa.