LA ACUICULTURA COMO CLAVE PARA MANTENER EL CONSUMO DE PESCADO EN ESPAÑA

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es clara: lo aconsejable es comer al menos 3 raciones semanales de pescado, entendiendo cada una como un filete de entre 125 y 150 gr. Pero, a la hora de la verdad, no todas las familias pueden decir que cumplan con esta recomendación.

Esto es algo que, por ejemplo, ratifica un estudio impulsado por la Fundación Española de Nutrición (FEN) y presentado en marzo de 2024. Según este, el consumo de pescado en España (per cápita) pasó de 19,9 kilos en 2022 a 18,53 kilos en 2023, por lo que se redujo en casi 1,5 kilos en apenas un año. Un dato preocupante, aunque no tanto como el que obtenemos al comparar estos registros con los de 2008: en los últimos 15 años, la ingesta ha caído un 33 %

Se trata de una tendencia que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también viene constatando desde hace tiempo; y que los especialistas achacan, en gran parte, a un cambio reciente en los patrones de consumo motivado por el incremento de los precios de los productos cesta de la compra. Una situación que ha afectado a la mayoría de los alimentos básicos y que, en el caso del pescado, en 2023 se tradujo en un aumento del 7,4 % en los precios.

El resultado es que los consumidores tienen muy en cuenta su cartera al llenar su cesta y buscan la forma de reducir el gasto. Un aspecto que, inevitablemente, perjudica a los alimentos con mayor coste productivo y calidad nutricional, como es el caso del pescado.

Así lo ratifica, por ejemplo, el informe ministerial ‘La pesca mes a mes’. Según sus datos, entre septiembre y noviembre de 2023 se apreció un incremento de las compras de pescados que habían subido sus precios menos que la media. Mientras que, en ese mismo período, se comprobó también que disminuía la demanda de las especies de pescado que más se habían encarecido.

Además, de igual forma, también se pueden destacar dos datos muy significativos que confirman el impacto negativo que están teniendo los costes en las ventas de pescado. El primero, la existencia de una relación directa entre su compra y la capacidad adquisitiva de los hogares, dado que el perfil del consumidor más intensivo se asocia especialmente con los hogares de clase alta, media-alta y media. Y el segundo, la disminución del consumo de este producto durante las comidas de entre semana, quedando así relegado a las cenas y a los fines de semana.

Y, a la hora de sentarse a la mesa, ¿cuáles son los pescados más populares en España? Según refleja el informe ‘La acuicultura en España en 2023’ de APROMAR, el pescado fresco mostró en 2022 la mayor proporción tanto de volumen (41,8 %) como de valor (39 %), por delante de las conservas de pescado y moluscos (volumen del 21,1 % y valor del 24,7 %) y de los mariscos/moluscos frescos (14,2 % y 13 % respectivamente).

Con estos datos, si nos centramos únicamente en el pescado fresco y en las especies de la acuicultura nacional, observamos que el lenguado (4,02 miles de toneladas al mes), la dorada (2,99 m.t./ mes), la lubina (1,97 m.t/ mes) o el rodaballo (0,23 m.t./ mes) estuvieron entre los pescados más consumidos en España.

Y si lo que buscamos son ventajas, es importante destacar aquellas que aporta la acuicultura como ofrecer una oferta constante a lo largo de todo el año de pescado de gran calidad gracias a la trazabilidad y control de todo el proceso de cultivo, desde el alevín hasta el mercado, y todo ello respetando los tiempos naturales de crecimiento de cada especie. Así, Gracias a la trazabilidad de los productos y la implementación de cadenas de frío en su conservación, se asegura a la población pescado seguro, nutritivo y de sabor intenso.

Además, invertir en acuicultura también es apostar por unas prácticas sostenibles, que buscan minimizar la utilización de recursos y las emisiones de contaminantes, y que están llamadas a ser claves para afrontar con éxito los retos demográficos que nos plantea la alimentación para el futuro más inmediato.

La acuicultura es la forma más eficiente de obtener proteínas de alta calidad nutricional. Tiene un bajo impacto ambiental debido a que es la forma de producción de proteína animal con menores emisiones de CO2 y menor consumo de agua potable y cuenta con mejores índices de conversión.

En definitiva, la acuicultura está demostrando ser una actividad clave para mantener el consumo en España y que todos podamos comer pescado, incluso impulsarlo en un contexto de crisis económica y social. Principalmente porque, ante los problemas actuales para contener los precios de la cesta básica de la compra, permite ampliar la oferta, contribuye a la estabilidad del mercado e incrementa su competitividad.