¿Cómo la correcta implantación de la acuicultura puede ayudar a restablecer la biodiversidad marina? En este mes tan importante para nosotros gracias al próximo Día de la Acuicultura, Juan Carlos García, graduado en Ciencias Marinas y divulgador del Océano, reflexiona sobre acuicultura sostenible desde un punto de vista medioambiental, económico y social. ¡No te pierdas sus reflexiones en este post y descubre todas las curiosidades marinas en su cuenta de Instagram!
La historia de la acuicultura se remonta tiempo atrás, en 3000 A.C. China fue pionera con el cultivo de carpa común que, a día de hoy, sigue siendo una tradición importante en su cultura. Desde entonces, los métodos fueron evolucionando, incorporando nuevas especies y mejorando los sistemas de cultivo. Sin embargo, durante las últimas décadas ha habido importantes avances en el sector. La acuicultura ha adquirido un considerable peso en el abastecimiento de alimentos para la población mundial al darse cuenta la humanidad de que los recursos pesqueros no son infinitos.
También forma parte de la tradición de diversos países asiáticos como Japón, donde, por ejemplo, el atún rojo es un producto icónico de la cultura japonesa. En la actualidad, según anunciaban en la feria CARTAGENASIA celebrada el pasado mes de octubre en España (Cartagena), el país profesa anualmente la mejor bienvenida al Atún Rojo de Acuicultura de Cartagena. En concreto, consumen anualmente siete de cada diez atunes cartageneros, según datos aportados por Acuicultura España.
Según datos de la Unión Europea, en 2018 cuatro países produjeron el 68% de la biomasa generada por medio de la acuicultura. En cabeza tenemos la acuicultura española (27%), seguida por Francia (18%), Italia (12%) y Grecia (11%). Dentro de la acuicultura europea destacan tres sectores, que por orden de importancia son: peces marinos, moluscos y peces de agua dulce (datos obtenidos del “Blue Economy Report 2021”). Si nos centramos en la Acuicultura de España, encontramos un mundo de sabores de agua dulce, salada y algas.
Implantación de la acuicultura sostenible
¿Existe un ente más sabio que la naturaleza? Con millones de años en la espalda, la naturaleza ha creado perfectos sistemas circulares que mantienen el equilibrio de la vida.
Un potencial problema al que debe hacer frente la acuicultura es a la contaminación. Los peces cultivados en jaulas producen residuos que cuando caen al fondo pueden desestabilizar el ecosistema. ¿Cuál es la solución? Copiar a la naturaleza. Los conocidos como Sistemas Multitróficos incorporan un cultivo interconectado de peces, moluscos y algas. Las algas y los moluscos se alimentan de los fertilizantes generados por los peces y limpian el agua, contribuyendo a la protección de los océanos. Es un sistema más productivo, que además elimina del medio marino el exceso de nutrientes para convertirlos en biomasa útil
De hecho, uno de los puntos de mejora que ya está tratando el sector se trata de esta gestión de residuos. A través de su primera Memoria de Sostenibilidad de Acuicultura de España—una memoria que nace del compromiso del sector con la medición y mejora del impacto social, económico y medioambiental de la actividad—el sector está tratando de seguir mejorando e innovando cada día para que la acuicultura española contribuya a la producción sostenible de alimentos en el presente y en el futuro.
Otra solución son los cultivos Off-Shore (mar abierto) donde las corrientes son más fuertes y distribuyen la materia orgánica evitando que se concentre en un solo punto y facilitando así su reincorporación a los ciclos naturales.
Acuicultura sostenible económica y socialmente
Acorde con los datos aportados por el Comité Científico Técnico y Económico de Pesquerías (STEFC), el sector acuícola generó en el año 2018 una facturación de 4.1 billones de euros en Europa. Sin embargo, a pesar de estos números, la producción acuícola y pesquera tan sólo cubren el 30% de la demanda de consumo en la Unión Europea.
La presión pesquera está en el punto de mira y la acuicultura gana terreno como fuente de recursos vivos marinos.
La implantación de la acuicultura en sus nuevos sistemas tendrá un impacto positivo en el mercado laboral, creando puestos de empleo y generando actividad empresarial a su alrededor: desde personal científico que se encargue de monitorizar y estudiar los cultivos a empresas de construcción marina, transporte, refrigeración, etc.
Conclusiones en la mira de la biología marina
La implantación de la acuicultura bien desarrollada y con buenas prácticas puede ser sostenible para el medioambiente. Además, puede eliminar parte de la presión pesquera que se ejerce en el océano para dar un respiro necesario al medio marino.
Está más que comprobado que, cuando al mar se le otorga un tiempo, es capaz de regenerarse a niveles y velocidades vertiginosas. Si cuidamos el planeta, el planeta también cuidará de nosotros.