Son compañeros. Van de la mano y están más unidos que nunca. Él (medio ambiente) y ella (acuicultura española) forman un tándem perfecto y necesario para garantizar el futuro del planeta. Están hechos el uno para el otro. Y razones no les faltan. Analizamos las 7 razones por las que la acuicultura juega un papel esencial para crear un sistema alimentario justo con las personas y el planeta.
Porque al cubrir el agua las tres cuartas partes de la Tierra, la acuicultura juega con gran ventaja con respecto a los sistemas de producción terrestres, que tienen poco margen de expansión.La acuicultura responsable se presenta como el método de obtención más eficiente y sostenible para dar respuesta a la creciente demanda de alimentos, respetando los limitados recursos naturales disponibles.
Porque favorece la recuperación de especies marinas y fluviales y contribuye a conservar sus ecosistemas y a hacer un uso responsable de los recursos naturales. Las especies que se encuentran dentro de niveles biológicamente sostenibles han pasado del 90% al 65,8% en los últimos 40 años.
Porque reduce el gasto de agua dulce en su producción, bien cada vez más escaso, ya que los peces hacen un uso insignificante dellíquido elemento frente a otros tipos de sistemas de producción. Una vaca bebe unos 50 litros de agua al día.
Porque la acuicultura española es una de las más avanzadas del mundo e invierte en I+D para mejorar en retos como la alimentación de los peces, la minimización del impacto medioambiental yel bienestar animal.
Porque la acuicultura es uno de los sistemas de cultivo con menor huella de carbono. Producir un kilo de pescado de acuicultura genera entre 3 y 4 kilos de CO2, mientras que este asciende a 4,4 kilos en el caso de las aves de corral, 6,5 en porcino y 29,6 en vacuno.
Casi toda la producción de Acuicultura de España se consume en nuestro país. Al no necesitar importar pescado de acuicultura, evitamos su transporte, que es una de las actividades más contaminantes.
Porque la acuicultura es una actividad muy regulada por las Administraciones nacionales y comunitarias, lo que asegura un mayor control sobre su impacto en el medio ambiente y una máxima seguridad alimentaria.