Conoce de la mano de Juan Manuel García de Lomas cómo el sector acuícola se esfuerza por garantizar alimentos seguros de acuicultura. Juan Manuel es gerente del Centro Tecnológico de Acuicultura de Andalucía, CTAQUA. Desde sus inicios, en 2007, este centro trabaja para contribuir al crecimiento del sector de la acuicultura de España. Su empeño reside en la transferencia del conocimiento de I+D en este sector, afrontando con éxito las necesidades tecnológicas del sector presentes y futuras.
Garantía de suministro permanente de alimentos seguros de acuicultura
La sostenibilidad es un concepto inherente a la acuicultura. Las poblaciones en cultivo mantienen una estrecha e íntima relación con los elementos que componen su entorno. Por lo que cuanto más se cuide y mantenga el medio circundante, más eficiente y productiva va a ser la actividad. Para el sector acuícola, además de un compromiso con la sociedad, la sostenibilidad es una necesidad.
Una vertiente de esta sostenibilidad en acuicultura es la que garantiza el suministro permanente de alimentos sanos, saludables, seguros y sabrosos. Según las Naciones Unidas, la población mundial crecerá en un 20 por ciento, alcanzando los 10 mil millones en 2050, incrementándose así la demanda de productos alimenticios básicos un 60 por ciento. Y aquí el producto acuático, por sus especiales características nutritivas, está obligado a jugar un papel fundamental. Desde hace unos años, la FAO ha conferido a la actividad acuícola la responsabilidad de garantizar este suministro de alimentos. Con el fin primario de evitar la malnutrición o incluso el hambre, pero también para garantizar en los países desarrollados la disponibilidad de estos valiosos productos de acuicultura.
El control de calidad del pescado de acuicultura: sus ventajas
En algunos casos se ha difundido la idea de que el producto acuícola no tiene los atributos del pescado silvestre. En cuanto a saludable, sano y seguro. Esto lo ha afrontado de manera directa la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA). Ha declarado formalmente que “no hay diferencias entre los peces silvestres y de acuicultura, tanto en términos de seguridad como de valor nutricional». Incluso han afirmado que el control de calidad del pescado y los otros productos de acuicultura pueden ofrecer algunas ventajas en este campo.
Entre otros aspectos argumentan que existen menos probabilidades de que el pescado de acuicultura tenga problemas con el anisakis y otros parásitos. Esto se debe a que el ciclo que perpetúa la presencia de éstos se rompe con el cultivo aislado y con una alimentación controlada.
Este artículo representa la oportunidad idónea para hacer referencia a un informe del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición (HLPE), del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. Aquí, se indica que el aumento del consumo de pescado especialmente, pero también de moluscos y crustáceos y su incorporación a las dietas, representa un medio importante para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. Esta afirmación se sustenta en varios motivos.
¿Por qué el pescado de acuicultura mejora nuestra seguridad alimentaria y nutrición?
- La proteína de pescado tiene un valor biológico mayor que la derivada de otras fuentes. El pescado contiene asimismo varios aminoácidos esenciales para la salud humana, especialmente lisina y metionina.
- La composición lipídica del pescado de acuicultura es única. Comprende ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-PUFA). Estos pueden entrañar múltiples efectos beneficiosos para el desarrollo y la salud.
- El pescado de acuicultura es una fuente importante de micronutrientes esenciales —vitaminas D, A y B y minerales como calcio, fósforo, yodo, zinc, hierro y selenio—.
Tipos de pescado de acuicultura: calidad alimentaria y aprovechamiento máximo
La mayoría de los estudios hacen referencia a los peces, pero no debemos de olvidar que la acuicultura abarca un sinfín de especies pertenecientes a distintos grupos taxonómicos. Destacan los moluscos, los crustáceos y cada vez más las algas de acuicultura (macro y microalgas). Esta variedad cubre una amplia demanda y puede garantizar una alimentación completa y saludable. En algunos casos, especialmente en las algas, se están extrayendo moléculas funcionales que juegan un importante papel en la salud y bienestar de las personas.
Otro aspecto importante para calificar a estos productos de alimentación sostenible es la capacidad de aprovechar sus residuos. Tales como: las espinas, escamas, piel, caparazón de crustáceos, conchas de moluscos, etc. Convirtiéndose en subproductos para la elaboración de otros elementos (surimi, fumé, quitosano, ácido hialurónico, colágeno, etc.). Esto consolida otro objetivo fundamental de la sostenibilidad, como es la economía circular y el residuo cero. En CTAQUA estamos desarrollando proyectos de aprovechamiento de subproductos que están dando muy buenos resultados.
Programas y políticas en materia de seguridad alimentaria y nutrición en la acuicultura
Siendo crítico con la situación actual, hay que reconocer que los países podrían ser más conscientes del valor intrínseco de la acuicultura como garantía constante de calidad alimentaria. Y, como consecuencia de este convencimiento, se deberían de implantar algunas medidas que hasta ahora no la han abordado o lo han hecho de manera timorata. Me refiero a incorporar el pescado como elemento integrante de los programas y políticas en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Incluyendo así, el pescado, moluscos, crustáceos y algas en sus intervenciones y programas nutricionales, especialmente entre los niños, y en concreto en los comedores escolares, geriátricos y hospitales.
Me gustaría concluir destacando que el compromiso del sector de la acuicultura con la seguridad alimentaria es evidente, quedando de manifiesto en la elaboración de guías de buenas prácticas en los procesos productivos y de la próxima publicación de la Primera Memoria de Sostenibilidad de Acuicultura que no os podéis perder.