Algas: superalimento criado de manera sostenible

Algas: superalimento criado de manera sostenible

Definición de superalimento y sus características

Normalmente, el significado del prefijo ‘súper-‘ aporta cualidades extraordinarias a las palabras a las que acompaña. Por eso,  es normal que cuando escuchamos o leemos la palabra ‘superalimento’ pensemos en productos únicos y de gran valor para nuestra dieta. Pero, ¿cómo un alimento consigue ganarse esta denominación y  logra el reconocimiento de los nutricionistas?

La respuesta es sencilla. Un superalimento no es más que un alimento que, por su composición, cuenta con más propiedades de origen natural que aquellos que no lo son. Así que, para ser catalogado de esta forma, el producto debe haber demostrado que, a través de su ingesta, es activamente beneficioso para la salud de las personas.

Lo que quiere decir que necesita:

  • Ser rico en vitaminas, minerales y aminoácidos.
  • Tener un gran valor proteico.
  • Incluir un bajo nivel en grasas saturadas y un alto nivel en grasas poliinsaturadas.
  • Contar con propiedades antioxidantes.

En definitiva, los superalimentos son positivos por dos razones: por un lado, aportan un gran número de nutrientes a nuestro organismo; mientras que, por el otro lado, su composición apenas incluye sustancias perjudiciales para la salud. ¡De ahí que no deban faltar en nuestra dieta habitual!

“Ensaladilla de gambas con crema de plancton marino”. Esta receta del jerezano Ángel León, conocido como “el chef del mar”, destila tradición y vanguardia. Es un plato que hace apenas veinte años era inimaginable: la alta cocina ha sido pionera en la incorporación de algas a la gastronomía como un ingrediente más.

Sin embargo, aunque a simple vista no lo parezca, cuando te decantas por uno de estos platos o incluso te atreves a cocinar con algas, eliges mucho más que un simple ingrediente: estás añadiendo un superalimento a tu dieta. Te contamos las razones de por qué incluirlo.

Instalación acuícola de microalgas
Cultivo de algas

Algas: un exponente mundial

Empecemos hablando del sector. En 2018, las dos especies que encabezaron la producción de acuicultura mundial fueron vegetales marinos: laminaria japonesa y el alga euchema, de las que se cultivaron más de veinte millones de toneladas. Teniendo en cuenta la supremacía de los países orientales en la crianza de algas, es también destacable que, durante 2018, estas supusieron el 28,3 % de la cosecha de acuicultura mundial.

Si hablamos de acuicultura en España, la representación de las algas es algo tímida: destacan especies de los géneros Saccharina, Ulva y Gracilaria, cuyo cultivo se concentra en Andalucía (83 %) y Galicia (17 %). En cuanto a las microalgas, España cosechó en 2019 más de ocho toneladas.

Microalgas: el alimento del futuro

Las microalgas son tan antiguas como la Tierra y, de hecho, fueron unas de las responsables de crear la atmósfera habitable que conocemos actualmente. Resulta paradójico que ahora hayan sido bautizadas como “el alimento del futuro”, ¿verdad? Vamos a conocer el porqué de este apodo.

Al igual que el pescado de acuicultura, las microalgas tienen un alto valor nutritivo: ¡contienen las cantidades más altas de proteínas halladas en la naturaleza! Además, son fuente de Omega-3, vitaminas, carotenoides —aliados de una buena salud cardiovascular, defensas y huesos—, antioxidantes y otras sustancias beneficiosas para la salud.

Todas estas propiedades convierten a las microalgas en superalimentos, pues ayudan a hacer frente al incremento en la demanda de alimento de una población mundial que no deja de crecer. Frente a la sobrepoblación, las microalgas son uno de los productos de acuicultura que ofrecen una alimentación variada y sana.

Algas acuicultura
Estudio de microalgas

Persiguiendo los ODS

Quizá te sorprenda este dato, pero las Naciones Unidas consideran que las microalgas son el alimento del milenio. Y es que, de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marcó la ONU con horizonte 2030, la producción de microalgas contribuye a la mejora de once de ellos.

Empecemos por el segundo y tercer objetivo, ‘Hambre cero’ y ‘Salud y bienestar’. Cabe recalcar que las microalgas son un alimento de origen 100 % natural y muy nutritivas. Es más, dado que para su cultivo no utilizan terrenos agrícolas, no alteran la producción de otros alimentos.

Además, influyen positivamente sobre el sexto objetivo, ‘Agua limpia y saneamiento’, pues ayudan a la purificación de metales pesados y otras sustancias. Las microalgas también son un recurso utilizado para la producción de diversos biocombustibles, garantizando así el séptimo objetivo: ‘energía asequible y no contaminante’.

La ONU persigue también la creación de trabajo decente y crecimiento económico (Objetivo 8) y potenciar la industria, innovación e infraestructura (Objetivo 9) de cara al 2030. El cumplimiento de estos objetivos a través de la producción de microalgas es simultáneo: un sector todavía incipiente abre la puerta a nuevos puestos de trabajo, y a su vez motiva la innovación y su aplicación a otras industrias.

Investigadora de microalgas
Producción de microalgas por acuicultura

Igualmente, los objetivos 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), 12 (Producción y consumo sostenible) y 13 (Acción por el clima) van de la mano encaminados a un único fin: producir y consumir sosteniblemente para conseguir frenar el cambio climático y todas sus consecuencias.

Las microalgas son una gran apuesta para hacer la transición hacia una economía circular, con mucho menos impacto medioambiental. Además, ¿sabías que las microalgas producen más de la mitad del oxígeno mundial? Son las responsables de que hoy podamos vivir en el planeta Tierra. De hecho, el fitoplancton es el responsable del 50 % de ese oxígeno.

Por último, aunque evidentes, los ODS decimocuarto (Vida submarina) y decimoquinto (Vida de ecosistemas terrestres) son igual de relevantes. Además de ser indispensables para preservar el ecosistema marino, las microalgas conservan también indirectamente los ecosistemas terrestres al no explotarlos y no necesitar sus recursos naturales.

Microalgas al servicio de la acuicultura

Aunque para chefs profesionales como Ángel León ya sea habitual, para muchas personas las microalgas no son un ingrediente común en sus menús. No obstante, estas especies también se destinan a otros usos relacionados indirectamente con nuestra alimentación.

Uno de ellos es que las microalgas son fundamentales en la dieta de los peces de acuicultura para que el producto final que consumimos sea de calidad. Las microalgas son el alimento de los microorganismos con los que, posteriormente, son alimentadas las larvas de las especies de acuicultura. Además, las microalgas también se utilizan como alimentos en acuicultura como alternativa a las harinas de pescado para asegurar unos niveles correctos de Omega 3.

Viveros de acuicultura
Microalgas acuicultura

Las posibilidades de las microalgas

Seguro que mucho de lo que te hemos contado te ha sorprendido, pero lo cierto es que el uso de las microalgas no acaba aquí. Se trata de un campo todavía muy incipiente y con muchos frentes abiertos. Por ejemplo, estas especies son el origen de colorantes y extractos naturales únicos que tienen propiedades terapéuticas, antioxidantes o antivirales, entre otras. Esto significa que también son utilizadas en el sector farmacéutico, en el de los aditivos alimentarios y de la cosmética.

Por otro lado, aunque seguramente ya te lo contaron de pequeño en las clases de ciencia, te recordamos que la vida en la Tierra ha sido muy larga para las microalgas. Tres mil millones de años en el planeta dan para mucho, y eso incluye también superar cualquier tipo de adversidad. Estas especies han podido sobrevivir y adaptarse a todos los cambios. Gracias a la experiencia y los bioquímicos naturales que han desarrollado para superarlos, hoy en día se trabaja con ellas incluyéndolas en distintos fármacos.

Por último, y con la mirada puesta en el futuro, el sector de los biocombustibles presenta muchas vías de desarrollo vinculadas a las microalgas. Frente a los ya existentes, la producción de estos biocombustibles presenta ventajas sostenibles. Además, respeta el medioambiente en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Tampoco podemos olvidarnos de uno de los grandes atractivos medioambientales de las microalgas y macroalgas. Contribuyen directamente a la lucha del cambio climático. ¿Cómo lo hacen? Gracias a la realización de la fotosíntesis reducen el CO2 de la atmósfera, contribuyendo entre otras cosas, a reducir el famoso efecto invernadero.

Las microalgas, en definitiva, son pasado, presente y futuro. Fueron imprescindibles para hacer habitable el planeta, y son necesarias ahora para el alimento de otras especies. Pero las algas también serán fundamentales en un futuro cuando los recursos naturales se estén agotando y la población mundial se haya multiplicado.

Microalgas en el laboratorio
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