Estamos en el supermercado en la sección de pescadería y tenemos delante de nosotros el poder de decisión de comprar pescado de captura o de acuicultura.
De repente, nuestro imaginario se llena de prejuicios asociados a ambos. Una parte de la población cree que el pescado de la pesca extractiva es más fresco, más nutritivo y que siempre que existan estas dos opciones tirarán por la “más fresca”, es decir, por el de pesca extractiva. Pero ¿qué hay de verdad en esto?, ¿es cierto que el pescado criado en granjas acuícolas es de menor calidad?, ¿menos fresco?, ¿que los consumidores elijen el pescado salvaje por encima de las especies de acuicultura?
Como punto de partida y respondiendo a la última pregunta, la gran mayoría de los consumidores en España, en concreto el 59% tiende a preferir especies de acuicultura, siendo más evidente esta opción en el conjunto europeo con un 66% de preferencia por el pescado de crianza.
Recorre con nosotros, todos los mitos y verdades asociados a la acuicultura, y así la próxima vez que te surja la duda de qué tipo de pescado elegir tengas toda la información en tu mano.
“Prefiero consumir directamente pescado capturado del mar, es más sostenible” SOSTENIBILIDAD – ¡MITO!
La acuicultura española es la forma más eficaz y sostenible de asegurar que haya suficientes proteínas para alimentar a un mundo con una población en aumento. De hecho, nace como el método de cría de especies acuáticas animales y vegetales del futuro. Da respuesta a la creciente demanda mundial de proteínas (peces y otras especies acuáticas), esforzándose por causar el mínimo impacto medioambiental y aportando su granito de arena para que la presión a la que se ven sometidos actualmente el mar con la pesca extractiva se reduzca. Además, está sujeta a unas firmes restricciones y férreas legislaciones para la cría controlada de organismos acuáticos.
“Si consumo productos de acuicultura, desaparecerán los puestos de trabajo de la pesca tradicional” Pesca vs. Acuicultura – ¡MITO!
La acuicultura se postula como la solución para evitar la sobreexplotación del medio marino y fluvial mediante parámetros de sostenibilidad económica, social y medioambiental. Este hecho, ampara totalmente a la actividad pesquera ya que ambos sectores tienen una buena convivencia y se retroalimentan entre sí. Además, la acuicultura supone una inyección económica para pueblos tradicionalmente pesqueros que, con la acuicultura, han visto como la situación económica mejoraba evitando la despoblación de estos ante el retroceso de la pesca por la sobreexplotación de sus recursos y la consecuente pérdida de puestos de trabajo.
“Uy, el pescado de acuicultura sabe mucho menos, mucho menos a mar”. SABOR – ¡MITO!
La mayoría de los estudios, revelan que en catas a ciegas de ambos tipos de pescado los usuarios no son capaces de reconocer si un pescado proviene de acuicultura o de pesca extractiva. Por ello, se puede confirmar que el pescado de crianza tiene el mismo sabor que el silvestre, lo que convierte a este tipo de pescado en una buena decisión no solo por su sostenibilidad sino por su buen sabor.
“¿Será cierto eso que dicen de que el pescado de acuicultura está libre de anisakis?” SEGURIDAD ALIMENTARIA – ¡REALIDAD!
El pescado de acuicultura es sometido a estrictos controles de calidad y seguridad alimentaria. En las granjas acuícolas se controla todo el proceso de crianza de las especies: desde el pienso que comen hasta la calidad del agua. Su alimentación está 100% controlada por expertos que velan por que se cumplan todos los controles. ¿Esto qué supone para el consumidor? ¡Qué ya no tendrá que preocuparse ni por los anisakis, ni por los microplásticos, ni por la presencia de metales pesados en la pieza que está degustando!
“Esos peces comen pienso. ¡A saber qué llevan!” ALIMENTACIÓN – ¡REALIDAD!
Es cierto que las especies de acuicultura consumen piensos. Cada uno de los piensos está estudiado según las características y la etapa de la especie en crianza. Los piensos son un alimento equilibrado que refuerza el potencial crecimiento y salud de las especies gracias a sus excelentes dosis nutricionales. En los últimos años se está trabajando para mejorar la sostenibilidad y la competitividad de la acuicultura. ¿Cómo? Sustituyendo en gran medida la harina y el aceite de pescado con fuentes de materias primas alternativas que mantienen la calidad del pescado y sus características nutricionales, como es su contenido en ácidos omega 3 por ingredientes alternativos como los piensos de origen vegetal como algas.
“Yo para mi hijo quiero lo mejor. Por este motivo elijo pescado salvaje” VALORES NUTRICIONALES – ¡MITO!
Es más, estos dos tipos de especies no solo tienen los mismos valores nutricionales (fuentes de proteínas buenas y de ácidos grasos esenciales de omega 3), sino que el pescado criado en acuicultura es sometido a un exhaustivo seguimiento y cuidado de su hábitat y alimentación. La calidad nutritiva de la dieta de las especies de crianza es uno de los pilares de la acuicultura, al desarrollarse en aguas limpias y con fuerte renovación de esta, ya por el oleaje en el mar o por las corrientes de los ríos. Además, las granjas se enclavan en medios naturales privilegiados. De hecho, su cuidada alimentación y cría hace que su consumo tenga grandes beneficios como la seguridad de la ausencia de anisakis en todos sus productos. Otra cosa que no debemos olvidar es la frescura en los productos de acuicultura que ayudan a que sean una gran opción en el mercado.