Si alguien nos puede hablar de la trucha de acuicultura es sin duda Juan Antonio Belmonte. Este murciano afincado en los pirineos desde hace más de siete años es el encargado de la producción de una granja de truchas arcoíris ubicada en un espacio natural y patrimonial privilegiado.
El dicho “como la trucha al trucho” le viene al dedillo, ya que su pasión y dedicación por este tesoro de agua dulce es innegable. Según nos relata, todas las mañanas al despertarse está deseando ir a ver a sus alevines, e incluso si algún fin de semana le entra morriña, no se lo piensa dos veces.
Acompáñanos en un día con este acuicultor de pro por el municipio oscense de Oliván y ¡déjate contagiar por su entusiasmo!
¿Un murciano en Huesca? La acuicultura es la clave
Y dicho y hecho. Cuando en enero de 2014, mientras trabajaba en alta mar en una instalación acuícola dedicada a la crianza de doradas y lubinas, le llegó la oportunidad de poder poner en marcha una granja de truchas, no se lo pensó dos veces. Cogió las maletas y en pocos días ya estaba allí con la ilusión y perseverancia que le caracterizan. Dejo atrás el clima cálido propio de Murcia por inviernos mucho más fríos, pero esto para él no iba a ser un impedimento, ¡todo lo contrario! “Estoy muy contento con este cambio, a mí me sienta fenomenal.”
Y es que este acuicultor de profesión y, además, buzo profesional se considera un verdadero privilegiado. Desde pequeño siempre le apasionó el mar y tuvo claro que su objetivo laboral tendría que estar relacionado con el contacto con el agua, los peces y el entorno. No hay ni que decir que es una meta, realmente, cumplida.
La trucha del pirineo
Las truchas arcoíris, criadas en esta zona, gozan de unas condiciones naturales idóneas, entre las que destaca la perfecta calidad fisicoquímica del agua procedente del deshielo de las montañas. En este envidiable paraje natural, a las faldas de los Pirineos de Oliván, se desarrolla el día a día de Juan Antonio. Aquí dedica todo su mimo y cariño al buen trato de la trucha, en todo su ciclo de vida. Desde la producción y crecimiento del alevín hasta el engrasamiento de la trucha adulta. Pese a que no es un trabajo repetitivo porque cada día es diferente al anterior, él es el encargado de dirigir las funciones centradas en la cuidada alimentación de las truchas, los controles de calidad, la limpieza, la clasificación o el mantenimiento de la instalación, preservando el ecosistema y la biodiversidad.
Dependiendo de la época del año, estas funciones pueden variar ya que en invierno es la época de desove, donde se obtiene hueva de trucha para consumo humano.
¿Sabías qué significa desdoblar? Este tecnicismo hace alusión a la clasificación y separación de peces por tamaños para asegurar su buena alimentación. La trucha es un animal depredador que compite por el alimento. Gracias a esta clasificación se estimula su crecimiento y la buena convivencia de los individuos.
Uno de los grandes deseos de un acuicultor
Uno de los retos de Juan Antonio es luchar contra el poco conocimiento que mucha población tiene del pescado de acuicultura de origen español. Cada vez más personas ya conocen este sector y apoyan la acuicultura por múltiples razones como: ser un método imprescindible para abastecer el consumo de proteína, una medida de contención a la sobrepesca o por dar la oportunidad de ofrecer un pescado de calidad, de cercanía, con una trazabilidad total y sostenible.
Sin embargo, son otros muchos los que aún no conocen este sector o tienen prejuicios al respecto. En palabras de Juan Antonio, “mucha gente que está en contra de la acuicultura es por un desconocimiento total del proceso. No se han molestado en investigar y lo más fácil es criticarlo, siendo muchos de ellos los que ya consumen productos de acuicultura sin saberlo.”
Un gran deseo de este murciano es que cada vez más personas conozcan el producto de acuicultura y apuesten de una forma consciente y responsable por esta alimentación segura y sostenible. ¡Hazlo posible!